SIETE POEMAS CASUALES

Poemario "Siete poemas casuales"

Fotografía, la Plaza Central de Copenhague, Ian Welden

LA PLAZA DE LOS PLACERES

¿Te acuerdas, amada,

la Plaza de los Placeres?

El día estaba joven

nuestros ojos sonrieron

y se quisieron de inmediato.

Sin preámbulos ni ritos

sin pudores innecesarios

sin palabras ya tan gastadas

nuestras lenguas magistrales

se desataron enloquecidas

cual cataratas históricas.

Encontramos refugio

en nuestros cuerpos febriles

nuestras hábiles manos

corriendo libres y osadas

por los rincones ocultos

y esquinas desconocidas.

Y al llegar al ápice

al grito poderoso

al generoso relámpago de todos los tiempos,

la anciana Plaza de los Placeres

reanudó sus tejeres cotidianos

gritando ¡bravo maestros!

PIC NIC

La silenciosa línea

de la vida de tu mano

se posa sobre la hierba

de este prado silvestre.

Es verano

bajo este árbol generoso.

Sacamos cada uno

un pan blanco horneado por ti

de tu cesto de mimbre

y una luminosa botella de tinto.

Vuelan aves de tantos colores

y una brisa perfecta

espanta a las moscas.

¿Qué más podemos pedirle a la vida?

EL GOLPE

Después de tantos siglos perdidos

me decido a dar un golpe en tu puerta.

Me arreglo el nudo de la corbata

y cuento por enésima vez

los claveles de mi ramo.

Abres

y tu sonrisa genial

hace vibrar mi vida.

El café, el coñac,

tu sofá relleno de hierbas olorosas

tu alma cálida

tus ojos llenos de galaxias

tus piernas de ángel

me rindo.

Observo a la noche salpicando tu jardín

mientras clavas tus pechos en mi espalda

ofreciéndome para siempre el paraíso.

EL HOMBRE DESENMASCARADO

Tú sabes a qué me refiero,

hastiada  de tu jaula milenaria

te escapas la noche de un viernes

en busca de Superman.

¡Y mira qué suerte,

aquí estoy!

Apenas un payaso en el bolsillo

para pagar la cuenta

y una calavera impaciente

sonriéndome desde el fondo

de mi botella ya vacía.

No soy el amante omnipotente

pues un enjambre de realidades

como la falta de ternura

el hambre colectiva

la impunidad y las guerras

condicionan la calidad de mis erecciones.

Y siempre me ha resultado más fácil

estremecerme ante un arcoiris

que ante las intrépidas hazañas de James Bond.

¡Pero qué Superman te has encontrado!

Un hombre capaz de llorar

como tú.

ACTIVIDADES ILÍCITAS

Tiendo el cerco

y tú tocas.

Yo lamo

y tu callas.

Yo crezco

y tú humedeces.

Tú ofreces

y yo cavo.

Y nos lanzamos salvajes

a nuestra impresionante actividad

en una pequeña habitación llovida

perdida por ahí en el Universo

mientras los países se apresuran por sus calles

y los parlamentos discuten furiosos

los problemas de la deuda externa.

LA NOCHE BUENA

El árbol con su estrella

yace en el piso.

Sobre la alfombra de tus padres

una ancha posa de vino.

Regalos a medio abrir

desparramados por doquier.

El pavo a medio comer

se enfría sobre la mesa.

Tu familia se fue a la misa del gallo.

Nosotros aprovechamos esta maravillosa oportunidad

en tu cama.

ÁLBUM ZOOLÓGICO

El gran ave de las junglas

me observa sin saberlo.

El gran pájaro imbécil

devora sus propios parásitos

y se yergue bamboleándose

sobre sus torpes extremidades.

Tan solo mi magnífica Canon

y mi agudo ojo estético

lo transforma en un ser majestuoso

volando como un ángel

con sus alas papel japonés.

Cuando termino de filmar

editar y agregar la banda sonora

me siento en un rincón de mi estudio

rascándome la cabeza

comiéndome una banana.

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